lunes, 2 de diciembre de 2013

La canción romántica y la mujer objeto. ¿Qué más hay en tu reproductor?

Hay un mito que se bate a duelo con el presente. No quiere dejar de existir, y de ella ya mencionábamos algo en el post anterior. Las mujeres han sido fuente de gran inspiración para un grupo selecto dedicado la canción romántica.

Nunca mejor utilizado la imagen de “fuente” pues, la mujer es receptiva, pasiva, está siempre dispuesta a recibir. En su pasividad, es la figura del amante galante quien debe “penetrar” en esa mujer incapaz de la acción, sí de la espera eterna. Ese es al menos el mito que busca persistir, y cabe aclarar, que en la actualidad funciona sin distinción de sexo, género u orientación sexual.

No es la intención hacer aquí una clase completa sobre qué es el romanticismo, pero sí destacar algunas características sobre qué conlleva esta denominación históricamente, haciendo hincapié principalmente en las variables que continúan en creaciones contemporáneas.

Dentro de las infinitas posibilidades de creación del arte, la variable romántica se centró en el YO del autor, el egocentrismo de la obra romántica radica en que todo lo que sucede y se crea esta teñido de su propia subjetividad, pero de una subjetividad asumida y enfocada en él/ella.

Su tema son los sentimientos, y en ese marco hay un sentimiento en particular que predominará y definirá todo un modo social y cultural vivir: EL AMOR ROMÁNTICO. Algo así como una relación de amor entre un hombre y una mujer, basada en la moral, la fidelidad, la exclusividad, un contrato social y legal a largo plazo. Un “ideal” (el romántico crea, busca y refuerza ideales-mitos de vida) que continúa reproduciéndose hasta hoy.

Podríamos tener un reconocido exponente en esos famosos versos del poema XXI de Gustavo Adolfo Bécquer:

“¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¡Qué es poesía!,  ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú”.

La mujer es poesía, es inspiración, ¿es obra, entonces? Es objeto de las más hermosas creaciones, ¿y sujeta? Bien gracias. No hay motivo para que ella, la mujer que pregunta en esos versos, sepa más. Ella debe estar preparada para “recibir” tanta belleza, pero no tanto para crearla o darla.

Estas son algunas de las cosas que debe abandonar en pos de “ese amor”, para ser ese objeto prometedor de tanta satisfacción que ofrece el AMOR ROMÁNTICO. La incondicionalidad que lleva ese despojo, en casos extremos puede incluso “justificar” actos de violencia de género –“él me quiere a pesar de todo lo el daño que me hace”.

Pero volviendo al tema de este post, en el caso de la canción romántica lo que hace es reforzar esta figura a través de letristas y cantantes nacidos –en la música- especialmente para ello. Y así tenemos un ejemplo no muy difícil, con la balada escrita en el 1989 por Juan Carlos Calderón y popularizada por Luis Miguel, La Incondicional. Veamos un fragmento del tema musical:

"La incondicional" del videoclip, sufre, espera y
le es fiel a aquél que la abandonó

“Tú, la misma siempre tú
amistad, ternura qué sé yo
tú, mi sombra has sido tú
la historia de un amor
que no fue nada
la que no espera nada
tú, la misma de ayer
la que no supe amar
no sé por qué
Tú, intensamente tú
soledad, cariño yo qué sé
tú, mis horas bajas tú
un cuerpo de mujer
un par de rosas blancas”

Ensimismado en ese Yo egocéntrico (¿androcéntrico? ¿heteronormativo?) que sólo puede sentir y pensar en él y verse proyectado a veces en su amada; qué lugar le cabe a la mujer. Convertida casi en maniquí, en recipiente de deseos y cortejos, un poco virgen abnegada, bruja maldita o, simplemente, carne, ese TÚ al que dicen cantarle, no está del todo presente. Unidireccional, vista si no verticalmente -desde arriba- al menos desde una miradaa “en picada”. Más que un TÚ parecen cantarle a una ELLA, una tercera siempre ficcional, más que real, es ideal, mítica.

Pero tampoco, por supuesto, debe estar exenta de cierto adiestramiento moral adosado de dulces voces y caballerosas promesas, hasta algún realce de la “dignidad” que representa no pensar en sí misma, o como dice Maná en un reciente tema, el VERDADERO Amor Perdona, imperdible tema para este análisis:

"Tienes todos los espacios
inundados de tu ausencia
inundados de silencio
no hay palabras, no hay perdon
tu me tienes olvidado
no respondes al llamado
no eches tierra a la palabra
me condenas a la nada
no me entierres sin perdon
Una fuerte captura del videoclip de Maná,
estereotipo de la madre abnegada,
que se sacrifica por el hijo y también por el amante

Mira corazón que es el engaño
se revierte y hace daño
se revienta en el aire
como pompas de jabon.
Como pude haberte yo herido
engañarte y ofendido
alma gemela no te olvido
aunque me arranque el corazón

Haaay!!! el rencor que nos envenena
nos hace daño
aunque no regreses corazón
has de perdonarme”.



Si la sutileza no funciona, una leve exhortación ha de finalizar el mensaje. Sin embargo, como ya se mencionó, este metamensaje deslizado en la canción romántica no termina en los músicos varones. Y así tenemos a Thalía, que aunque “Equivocada” y desilusionada, no parece cuestionarse el lugar que le toca en la canción:

“Me perdí
Apenas te vi
Siempre me hiciste como quisiste

Porque siempre estuve equivocada
Y no lo quise ver
Porque yo por ti la vida daba
Porque todo lo que empieza acaba

Porque nunca tuve más razones
para estar sin él
Porque cuesta tomar decisiones
Porque se va a doler

Si, así me sentía
No sé por qué seguía
Apostándole mi vida a él"

La cantante mexicana en su tema "Gracias a Dios". En el intercambio de rol, el hombre se vuelve cuerpo-objeto de su obsesión, pero en ese intercambio, la propia mujer acepta el juego de Pasividad-Acción, no cuestionando el sistema de poder patriarcal que representa
Lo hasta aquí planteado, más para el debate y el pensamiento individual y colectivo, es simplemente una apertura a visibilizar cierta rama de la música. Está claro que existen cantidades de opciones y puntos de fuga a lo aquí nombrado, la música aún sólo la que habla de amor no se agota ni remotamente en estos ejemplos.

Pero me gustaría hacer una cronología, escueta y muy subjetiva de un grupo que a mi entender ha generado un principal movimiento de resistencia en la canción y el mundo de las/los intérpretes, Las Mujeres que cantan a/para Mujeres. ¿En qué sentido? Transgrediendo ese lugar de objeto, ocupando el de sujetas creadoras que es, en definitiva, uno de los modos más puros de libertad humana.  

Sin ninguna intención de ser definitiva, son algunos ejemplos de mujeres que trascendieron su género, representando algo más, tomando voz de su propio mensaje e incluso conquistando estilos y canciones clásicas y folclóricas, antes exclusivas de hombres.

Aquí un breve recorrido interactivo:




Y a modo de cierre abierto, y de propuesta extrema, invitamos a abrir los oídos a visiones del amor, por así decirlo, más “sinceras” para agregar a su reproductor de música…    





viernes, 29 de noviembre de 2013

3ra edición en papel

Hola hola, aquí, la 3ra edición la la Nueva FARC en papel, de este modo se puede apreciar mucho mejor la foto de tapa, A DISFRUTAR!



martes, 19 de noviembre de 2013

Cruje el cascarón de los géneros musicales. Una cantautora de gira por el Litoral

Me fui a Barcelona para olvidar un amor”, empieza, relajada, tranquila, como quien sabe que no está diciendo nada del otro mundo en una chala entre amigas. La entrevista se da en la parte trasera del pub correntino Picasso, por calle Buenos Aires. El lugar se está ambientando para la noche, se comparten cigarrillos y tragos esperando el recital que está por comenzar.

FLOR VILLAGRA EN PICASSO PUB
La cronista consulta a Flor Villagra ya que hace tiempo no había noticias sobre su música y su carrera, y ahora reaparece en su gira para debutar con nuevo disco: Cruje, Cascarón.

Haciendo una línea de tiempo –mediática- de su carrera musical, esta joven compositora cordobesa se inicia en bares, en bandas de pop – rock en su ciudad natal, hasta que un momento allá por 2004-2005 se le presenta la oportunidad única de quedar en el reality show musical Telefe, Operación Triunfo.  Quedó cuarta en la final, pero tuvo la oportunidad de extender su música a otro tipo de público.

Para aquellas personas de nuestra generación, nacidas en los 90`y cruzando una adolescencia difícil –en lo que respecta a la aparición de nuevos artistas- en esos momentos, Flor era una representante más de que por más masivo y plástico que pudiera ser un producto televisivo, siempre había una hendidura por donde soplaría aire fresco.

Instrucciones para Usurparte, Música para un Secreto, 90-60-90 y Cultura Push Up eran canciones que vaticinaban el nacimiento –o renacimiento- de una artista con buen sonido y también con algo para decir.

Flor parece entender perfectamente que la popularidad masiva y el arte son caminos paralelos  que a veces y por momentos pueden cruzarse. Sin embargo, ella supo y sabe por cuáles de los caminos continuar su viaje.

“La música también crea fantasías, y se necesita de mucho esfuerzo. (La música y el éxito) son caminos distintos. Si te quedas esperando el éxito, no avanzas”, explica.   

Cuenta que perdió el contacto con muchos de sus compañeros de Operación Triunfo. “Fue una experiencia intensa y efímera”, dice. Pero ella duda que toda esa industria que iba con esa experiencia se relacione intrínsecamente con el arte.

Se trata más de proyectar lo que tenés adentro con el público, con lo que haces”, comenta. En ella vuelan historias, pensamientos, reflexiones, “algo se me queda pegado, y luego se transforma”, describe.

Flor Villagra visitó la región, y por lo tanto este blog, en un momento dónde pensaba iniciar el siguiente debate: en el mundo del "cantautor" y sobre todo, del letrista, ¿qué lugar ocupa la mujer?

Sólo la Argentina cuenta con innumerables cantautores y letristas que han hecho de sus canciones verdaderos tributos a la Canción, metáforas inolvidables, imágenes que forman parte del imaginario colectivo. Sin hacer listas, pensemos unos segundos… ¿qué artista recordaste al instante? ¿Qué canción?

Hay una tendencia, aunque nada es siempre ni para siempre, de ver a la mujer como figura-objeto, como la "receptora de": esos versos, esa canción, el mismo artista, sobre todo en la canción romántica o melódica. Ya en una nota posterior, dedicada especialmente a este tema trataremos las miradas hegemónicas (masculina-heterosexual) que entran en juego en las canciones románticas populares y de casos particulares como las mujeres que cantan para mujeres como Adriana Varela, Lila Down o Concha Buika.

Pero Flor, viene a hacer con sus canciones algo no menos destacable. ¿No es acaso posible que una mujer tenga algo para decir sobre el  amor, la vida, sobre sí misma, y que esos mensajes sean de su propia creación? 

Flor hace un largo viaje a Barcelona, recorre las calles y los bares de Europa, y en ningún momento deja de escribir. Vuelve a la Argentina recargada, su música evoluciona. De canción melódica con brotes de sencillo punk-rock, a un rock melódico y experimental difícil de definir. O que quizás no sea necesario definir, y se destaca el verso como indiscutible en su expresión. La voz en pura potencia hace de punto final a letras que no desperdician poesía.


“Tenía que evolucionar, exploré, o sino te quedas estancada”, afirma, muy segura. Pero dice que no sabe si su música se puede encasillar en algún género. “Supongo que dentro del Pop-Rock, que es muy amplio, es difícil saber dónde termina y comienza otro. Quiero creer que lo que hago es arte, mi arte”, reflexiona.  

El recorrido de Cruje, Cascarón comienza con “Me gusta verlo así”, un punch de bienvenida, sonido bien para arriba, unos bajos que te hacen, al menos, mover la cabeza al escuchar y una letra dónde justamente se empieza a “crujir el cascarón”, a nacer un torrente de mensajes entretejidos.

Ya el segundo tema se presenta, para el gusto de la cronista, como uno de los destacados del álbum: “Una sola bandera”.  Y una sola sugerencia, escuchar hasta comprender cada palabra de esa letra. La música acompaña, con cambios rítmicos bien atractivos.

Mapa en la mano”, es una búsqueda hacia ese otro, que puede ser uno, pueden ser muchos, pero ella hace presente, le canta, lo dibuja en sonidos, “amanece en sus ojos”.

Atención soñadorxs y locxs lindxs, un idilio exquisito empieza a sonar en el tema 4  con “El sueño más raro”. En mi opinión, un tema especial para andar en bici al atardecer.

Yo le besé en los pies, yo me quebré en su voz, yo lo obligué a esperar, yo le saqué el calor, y andando, a ciegas, se enredan, las dudas, golpea paredes en mis pasadizos,/que vuelva a tus brazos y pueda dormirse mientras te canto, que vuelva a sembrarte sonrisas, y al fin dejar de ser llanto, devuelvo este amor que muere, yo lo dejé secar, yo lo dejé morir, yo le tapaba el sol”, dice en el tema 5, llamado justamente: “Yo le tapaba el Sol”. Una canción que describe una situación, un sentimiento de desamor con calidez, resignación y dulzura. Empatía absoluta, una puede ubicarse en ese lugar al escuchar. Un tema para dedicar.

Llega la mitad del disco y “Acá y ahora” le da protagonismo a las percusiones y la guitarra bien rockeras. Un relax continúa con “Domingo a las doce”, canción que te transporta exactamente a ese momento de la semana.  Y una letra para la reflexión: “Gracias Señor, por el pan y el trabajo, la empresa, el negocio y los frutos que trajo, por la secretarias de cuerpos perfectos, que al precio que sea conservan su puesto y que no dejarán de sonreír para mí”. Un  guiño al tema de género y un sutil sacudón a ese soporífero status quo social.  Otra de las mejores de este álbum.

La calidad musical y poética sigue en la cresta de esta obra con “Serpentinas y frambuesas”. “quiero un abridor para cabezas, quiero un cable a tierra sana, quiero serpentinas y frambuesas, quiero verte a vos mañana”, recita esta gran letra, también imperdible.

Una sombra”, retoma la potencia de sonido, una canción para volver a empezar y lavar heridas. Sigue “Por ahí, en el suelo”, sensual, un poco desaliñado, también para dedicar.

Cerca de la boca”, es provocativo con un sonido muy rockero y para arriba, algún bandoneón, mucho amor y mucho sol, sugestivo. Un gran cierre para este disco.

Flor Villagra estuvo a mediados de octubre en Picasso Pub en un íntimo e interactivo en la ciudad de Corrientes, y por supuesto se cruzó el charco y tocó dos noches en el bar Nanas Suena Bien, de Resistencia, Chaco. Para finales del mes volvía a su ciudad natal Córdoba para seguir con su gira junto al Teatro Negro de Praga, ambas producidas por la misma compañía.  Hasta allí, la amplitud artística de esta cantautora a tener en cuenta.




ENTRÁ EN ESTA IMAGEN INTERACTIVA Y CONOCÉ A LA ARTISTA DESDE DISTINTOS SITIOS:







sábado, 26 de octubre de 2013

De la marginalidad a la integración, del “loco” a la Salud Mental

El 10 de octubre la Organización Mundial de la Salud dispuso que se conmemorara el Día de la Salud Mental. En esta breve crónica veremos desde adentro la experiencia de la sala del Hospital 4 de junio de Presidencia Roque Sáenz Peña en Chaco. De integración, participación y sonrisas fueron las jornadas que organizaron el equipo de residentes en esa semana conmemorativa

*Crónica especial para edicionea.com.ar
**Para algunas declaraciones se aclara sólo entre participantes, pacientes o personal de la sala, para hacer hincapìé en el relato y no en las individualidades, además de para preservar sus identidades 

El Día de la Salud Mental tiene como objetivo concentrar la atención mundial en la identificación, tratamiento y prevención de los trastornos emocionales o de conducta y desde los organismos se elige una temática por año. Estos temas pueden ser la atención primaria, algunos trastornos particulares o como la de este año: “La Salud Mental y los adultos mayores”.
¿Por qué detenernos en este día? Porque como se mencionó anteriormente, la Argentina, siguiendo la evolución mundial sobre este tema, está viviendo un período de transición de un paradigma a otro.
En palabras simples, se busca concientizar y educar sobre los Derechos Humanos que todo paciente de los servicios de Salud Mental tienen y que por mucho tiempo les fueron negados. “El loco” formó parte (y aún continúa siéndolo) de la población marginal de la sociedad, siendo víctima de abandono, discriminación y olvido social y estatal.
La nueva Ley de Salud Mental de la Argentina, sancionada hace dos años, es la herramienta más fuerte de transformación de este paradigma del que hablábamos anteriormente. 
El paradigma "viejo", de tinte médico, considera que las personas que sufren trastornos mentales no tienen la capacidad (ni el derecho) de vivir socialmente, deben entonces ser “curados”  para que la sociedad vuelva a aceptarlos en su seno o bien ser confinados al encierro de un lugar en los márgenes donde su simple transitar no incomode, ni desequilibre el status quo de lo que se debe o no se debe ser.
Puedo tomar mucha bibliografía o fuentes vivas autorizadas para definir qué diferencia al paradigma de la Salud Mental, con este conservador de la locura, el loco/loca como extraño/enemigo, y a la psiquiatría médica como mano todopoderosa reguladora de lo que es sano o no.
Sin embargo, me detengo en dos definiciones sencillas, que por eso y poniéndolas en contexto adquieren la fuerza movilizadora de la experiencia cotidiana. 
Walter Reschini en la Difusión por todo el Hopital
“Es la capacidad de las personas y/o grupos para interactuar entre sí y con el medio, de modo de promover el bienestar subjetivo y comunitario, el desarrollo óptimo de las potencialidades psicológicas, cognitivas, relacionales, afectivas y el logro de las metas individuales y colectivas, en concordancia con la justicia, el medio ambiente y el bien común”. Más adelante retomaré de dónse tomé esta definición.
Antes, Walter Reschini, coordinador del equipo interdisciplinario de gestión de la sala, agrega que esta ley implicó “una cambio positivo en tanto sea derecho del propio usuario del servicio decidir cuando se siente bien o mal”.
A lo que otro enfermero, instructor y visitador de la sala, José Luis Pacheco agrega que este pasaje de la psiquiatría a la Salud Mental implica que el paciente sea “partícipe activo de su cura y se respeten sus decisiones”.
“Esta ley nos permitió unirnos a una nueva corriente que acá aún era desconocida”, aclara Nuria Benítez, jefa de residentes de la sala.
Pero ¿de dónde registré esta primera definición? Hacia allí iremos.
Para llegar a la sala de Salud Mental en cuestión hay que atravesar por completo la añeja infraestructura del Hospital 4 de Junio de la ciudad de Presidencia Roque Saénz Peña, Chaco. Luego de atravesar un largo pasillo al aire libre, estamos en el recibidor y en paradójicas contradicciones. 
Para destacar estas separaciones incluso en su ubicación geográfica, el hospital termina en esa sala, y aunque los límites están marcados por tejidos, lo primero que se distingue al caminar es el enorme mural que fue pintado por pacientes con la colaboración del personal de la sala y los artistas locales León Blanco y Germán Toloza.
La “Sala 8” – nombre que la comunidad aún le asigna, la resistencia siempre empieza en el lenguaje- también está dividida: adelante, el recibidor y los consultorios,  detrás separada por una pesada puerta, la sala de internación. Se abre esa puerta que no tiene ni llaves y candados, y la hospitalidad –nueva paradójico juego de palabras- va en aumento.
El grupo de residentes tiene su taller, lugar donde hacen gran parte de sus actividades en esa parte  de la sala. Como se dijo, las ubicaciones geográficas también “hablan”. Ese es el primer lugar que la cronista conoce, y entre adornos e instrumentos de los distintos talleres que se hacen en la sala, historias clínicas y constantes ires y venires, un cartel pegado en la pared arroja la definición de Salud Mental con el que inicie la crónica.

Es lunes 9 de octubre, las jornadas para festejar el día de la Salud Mental empezaron por la mañana con un paseo por fuera del hospital que incluyó caminata, cánticos, baile, mates y bizcochos, recitados, trabalenguas, juegos en la plaza. Luego siguió en el patio de la sala dónde las encargadas de la librería Utopía realizaron un taller de lectura de cuentos y reflexiones.
Un inicio ideal, día primaveral, con entusiasmo y mucho sol. Un espacio de encuentro dónde las categorizaciones obligatorias, adentro/afuera, profesional/paciente, sano/enfermo, se difuminaron para crear algo nuevo.
En la última actividad de ese día, una mesa redonda dónde los usuarios y las usuarias comparten sus experiencias con el resto del personal, “F”, un paciente transitorio abre la ronda: “Esto es como una familia, afuera te miran mal, como a un enfermo, y acá no, acá me siento feliz”, dice.  
Mesa Redonda
“Para mí es una cárcel”, replica otro, lleva muchos años internado allí, hace un recorrido con la mirada por toda la ronda y agrega “este lugar es una cárcel, la gente no”.
“J”, que se ha destacado también en las actividades del día y está a 24 horas de recibir el alta y regresar a su casa, expresa su deseo “yo quiero trabajar, estudiar, cantar”.
Se haría muy largo describir cada sensación, y por otro lado, sería inútil tratar de darle una explicación a cada sonrisa, a cada momento compartido, pero en el momento de difundir el día por las otras salas del Hospital, dando pequeños sourvenirs a la gente, se transmite no sólo el concepto de igualdad,  la solidaridad, sino también el esfuerzo que significó las horas (horas de su día libres) que las/los residentes de la sala destinaron para armar cientos de pequeños presentes.
También hubo en la semana una salida a la plaza para hacer deporte, charlas informativas y eventos de música, incluso un cierre a puro baile.
Como señala durante una de las charlas una participante que se presentó como estudiante de la carrera en enfermería: “no vi que en otro servicio se trabaje tanto en equipo como en este”. Ese es el objetivo, el modo de trabajo.
Aunque este pasaje de paradigma a paradigma no se agote en un día reivindicativo, es al menos un día para ver los resultados de esos cambios. 
Por ejemplo, viendo a la madre de un paciente aunar una idea con un profesional. “Es la sociedad la que no le da lugar a las personas con capacidades diferentes, porque por eso, por ser diferentes, es más fácil burlarse de ellos”, dice la madre. A lo que el profesional agrega: “Muchas veces el usuario está preparado para salir a la sociedad, pero es la sociedad la que no está preparada para recibirlos.
Es del mismo profesional, José Pacheco, con quien nos parece pertinente finalizar. “Todavía hay mucho que trabajar, con los familiares, con sus comunidades, con todos esos factores que, como a cualquiera, también afectan indirectamente a los pacientes”.  
En un área y una institución que podría parecer de saberes y prácticas rígidas, es posible generar otro tipo de vínculos, haciendo deporte en la plaza, repartiendo souvenires por  todo el hospital,  haciendo una matinée con música y globos en el lugar que cotidianamente funciona como comedor, en realidad no importa mucho cómo mientras se pueda salir de la rutina (cárcel imaginaria).
Las personas que diariamente conviven allí generaron un espacio de resistencia a esa tendencia maliciosa que los empuja a quedarse encasillados en roles fijos (paciente – profesional – sano – enfermo).   
Reivindicaron, a fin de cuentas, su lugar de personas, de esto quizás se trata sentirse saludable. 




CRÓNICA FOTOGRÁFICA (Cortesia de Nuria Benítez)