lunes, 26 de septiembre de 2016

Un montón de imágenes que algún dia serán algo

Vieron que este es un año atípico. No sólo del hay que esperar o el hay que dejarlos ir a sus casas porque ya son mayores. A veces me gustaría pensar que se trata del noble ejercicio del cinismo y el sarcasmo. Pero no. Los recursos son más pobres. La ignorancia y la impunidad. Quiénes nunca se arrepintieron y quiénes jamás se dieron cuenta. Darle al poder lo que el poder quiere. Salameo. Sonrisita. Palmaditas en el hombro. ¿Hay algo más falso?

Fiesta de rencores. En el mismo día, por la mañana un señor se cruza. Se parece a Aldo Rico. A la tarde, se cruza otro señor, es igual a Rafael Videla. Esta calle 14 del centro está maldita. Al día siguiente le otorgan prisión domicialiaria a Etchecolatz. Mientras ibamos en la moto, por calle 16, muy cerquita a la 14, pasamos por frente a una de esas grandes, ostentosas, blancas e iluminadas (como casa de comida cheta en Corrientes) Iglesias Universales. Miro hacia adentro. Una  multitud mira hacia un líder que no veo. Todes suben su mano derecha hacia adelante. ¿Una venia nazi? ¿En serio?. Ese día condenaron a Menéndez. También ganó River e hicimos una nueva amiga. Eso primero no importa. Excepto por algo que ya conté en Facebook. De vuelta a casa, pensaba que los riveristas no festejaban un partido, sino la condena por la megacausa de La Perla. De algo hay que vivir. Al menos, de imaginación.

Cosas raras pasan, está claro. Ya no podes subir a tu bici sin que un chucho macrista te recorra la columna. Aguanta, que yo llegué primera, gato. Eso tiene el hip hop, encuentran la poesía en las palabras cotidianas. "Esto es cumbia rap contra toda dictadura".

Me bajan del Chaco Corrientes. Soy blanquita, paso, ni me miran. Tatuados, sí. Negritos, sí. Vendedor ambulante, si, y si  lo humillamos tirando sus ropas en el medio del puente, mejor. Encontraron un porrito, no. Ayer fumé uno señor, ¿me revisa? Ni pelota. Subo. Me peleo con el chofer. Otro viaje. Bajamos de nuevo, nadie reclama nada, vuelvo a gritar. Hay niños y niñas, hace frío, ¿en serio? Sigo blanquita, es invierno. No me revisan.

En Resistencia prohiben la elección de reinas de estudiantes. Pero los titulares están en el dakar asesino. La pija simbólica siempre merece más titulares que el objeto. Más si el objeto decide ya no ser objeto. Pasamos en moto por las vías. Para estas alturas los viajes en moto y coles de larga distancia se parecen mucho a una muestra surrealista pedorra. Pasamos en moto por las vías, salamin y vino en mano, calle cortada. Caravana de Hilux con las reinas de la papa, la batata, la chingada entre otras, son muchas, cada una con su "potlach" único, cuanto más grande  más viril, prestigio falocapitalístico, sonrisa forzada, maquilaje de otros siglos. Saludan no sabemos a quién. No nos animamos a saludar, pero las miramos, algo queremos decir pero aún no sabemos qué. Entre las caravanas un pibe cruza suicida con su moto. "Nadie va a ser más que su pijita", le digo a Nu, seguimos. Cuatro cuadras más allá, la respuesta. "Dos badweiser x $50", eso le queríamos decir a las reinasdelapapusa, vengan, bajen, corten ese camino, invitamos una birras. Riqueza pura en el medio de este desierto inflacionario. Vende polvo. Periodistas se babosean, cuanto más joven mejor dicen entre muchos lugares comunes. Por algo siempre se burlan y nombran la cola rota. "Algo quieren", digo, entrando en su juego violador justificador. Silencio ese grupo, no tienen nada para decir.

No tienen nada para decir, entonces el invento y el ataque suelen ser moneda corriente. Es fácil disfrutar la vida cuando la guita te viene de afuera. Es fácil creerte con la verdad cuando entraste en el juego de las ambiciones, pobres ambiciones. Pobre. Chofer de colectivo que se cree militar. Chistonto violento que nadie rie.

Otro viaje, polvo, pero polvo chaqueño, que nos hace fuerte la piel y más negritas para gendarmería. Pasan barrios, miro por la ventanilla buscando imágenes bonitas que cierren este post. Dos muchachos exhiben sus lomos rollizos, marrones, peludos y traspirados, ambos juntitos en una ventanita muy pequeña. Miran la calle, tienen pinta de haber despertado y de no tener ningun pudor de sus cuerpos juntos y su haraganería. Bella fotografía. Parpadeo. En la siguiente cuadra un chico salta un muro re alto de manera muy muy lenta. Botella de cerveza vacía en mano, parece concentrado cuidadoso pero tampoco preocupado. "Se olvidó la llave y las 11 de la mañana lo descubrió sin nada para tomar", pienso. Sonrío solita, todo depende de la mirada.  

Un montón de imágenes que algún dia serán algo

Vieron que este es un año atípico. No sólo del hay que esperar o el hay que dejarlos ir a sus casas porque ya son mayores. A veces me gustaría pensar que se trata del noble ejercicio del cinismo y el sarcasmo. Pero no. Los recursos son más pobres. La ignorancia y la impunidad. Quiénes nunca se arrepintieron y quiénes jamás se dieron cuenta. Darle al poder lo que el poder quiere. Salameo. Sonrisita. Palmaditas en el hombro. ¿Hay algo más falso?
Fiesta de rencores. En el mismo día, por la mañana un señor se cruza. Se parece a Aldo Rico. A la tarde, se cruza otro señor, es igual a Rafael Videla. Esta calle 14 del centro está maldita. Al día siguiente le otorgan prisión domicialiaria a Etchecolatz. Mientras ibamos en la moto, por calle 16, muy cerquita a la 14, pasamos por frente a una de esas grandes, ostentosas, blancas e iluminadas (como casa de comida cheta en Corrientes) Iglesias Universales. Miro hacia adentro. Una  multitud mira hacia un líder que no veo. Todes suben su mano derecha hacia adelante. ¿Una venia nazi? ¿En serio?. Esa día condenaron a Menéndez. También ganó River e hicimos una nueva amiga. Eso primero no importa. Excepto por algo que ya conté en Facebook. De vuelta a casa, pensaba que los riveristas no festejaban un partido, sino la condena por la megacausa de La Perla.
Cosas raras pasan, está claro. Ya no podes subir a tu bici sin que un chucho macrista te recorra la columna. Aguanta, que yo llegué primera, gato. Eso tiene el hip hop, encuentran la poesía en las palabras cotidianas. "Esto es cumbia rap contra toda dictadura".
Me bajan del Chaco Corrientes. Soy blanquita, paso, ni me miran. Tatuados, sí. Negritos, sí. Vendedor ambulante, si, y si  lo humillamos tirando sus ropas en el medio del puente mejor. Encontraron un porrito, no. Ayer fumé uno señor, ¿me revisa? Ni pelota. Subo. Me peleo con el chofer. Otro viaje. Bajamos de nuevo, nadie reclama nada, vuelvo a gritar. Hay niños y niñas, hace frío, ¿en serio? Sigo blanquita, es invierno. No me revisan.
En Resistencia prohiben la elección de reinas de estudiantes. Pero lo titulares están en el dakar asesino. La pija simbólica siempre merece más titulares que el objeto. Más si el objeto decide ya no ser objeto. Pasamos en moto por las vías. Para estas alturas los viajes en moto  coles de larga distancia se parecen mucho a una muestra surrealista pedorra. Pasamos en moto por las vías, salamin y vino en mano, calle cortada. Caravana de Hilux con las reinas de la papa, la batata, la chingada entre otras, son muchas, cada una con su "potlach" única, cuanto mas grande  más viril, sonrisa forzada, maquilaje de otros siglos. Saludan no sabemos a quién. No nos animamos a saludar, pero las miramos, algo queremos decir pero aún no sabemos qué. Entre las caravanas un pibe cruza suicida con su moto. "Nadie va a ser más que su pijita", le digo a Nu, seguimos. Cuatro cuadras más allá, la respuesta. "Dos badweiser x $50", eso le queríamos decir a las reinasdelapapusa, vengan, bajen, corten ese camino, invitamos una birras. Riqueza pura en el medio de este desierto inflacionario. Vende polvo. Periodistas se babosean, cuado más joven mejor dicen entre muchos lugares comues. Por algo siempre se burlan y nombran la cola rota. "Algo quieren", digo, entrando en su juego violador justificador. Silencio ese grupo, no tienen nada para decir.
Otro viaje, polvo, pero polvo chaqueño, que nos hace fuerte la piel y más negritas para gendarmería. Pasan barrios, miro por la ventanilla buscando imágenes bonitas que cierren este post. Dos muchachos exhiben sus lomos rollizos, marrones, peludos y traspirados, ambos juntitos en una ventana de 1 por 1. Miran la calle, tienen pinta de haber despertado y de no tener ningun pudor de sus cuerpos juntos y su haraganería. Bella fotografía. Parpadeo. En la siguiente cuadra un chico salta un muro re alto de manera muy muy lenta. Botella de cerveza vacía en mano, parece concentrado cuidadoso pero tampoco preocupado. "Se olvidó la llave y las 11 de la mañana lo descubrió sin nada para tomar", pienso. Sonrío solita, todo depende de la mirada.