(En este post me gustaría compartir un breve comentario al propósito de un curso realizado sobre Representaciones culturales de las sexualidades. Se trata de un análisis sobre algunas cuestiones teóricas disparadas por un corto llamado "1977" de la directora Peque Varela. Aquí una breve reseña del corto y la directora, y una oportunidad para compartir material virtual de interés)
Desenmarañar los distintos discursos que van envolviendo nuestros cuerpos en cada etapa de nuestras vidas, es un trabajo reflexivo que puede ayudar a comprender mejor quiénes somos y qué buscamos. Metáfora que se ve –en una interpretación subjetiva- en esos garabatos en las entrañas mismas de quien protagoniza el corto 1977.
Podríamos partir de esa búsqueda singular, pero también colectiva -para nada superficial, por otro lado-, que nos propone la investigadora Andrea Francisco Amat de “re-pensar la vida y abrir espacios de acción para permitirnos el goce de estar vivos” (V. 3 - 5 - L3.2.1).
Una comunidad pensada desde las singularidades y las diferencias, como propone Fina Birulés, es lo que se deja abierto en el final de este corto, dónde finalmente la/el protagonista logra “quebrar” esos relatos naturalizados que la/lo oprimían, sujetaban. Y deja salir ese punto de fuga, el transitar de esos bordes de un marco social dónde no se sentía del todo representada/o.
Los colores, los dibujos alados, expresión de su singularidad como persona que vive y busca ser feliz son el último mensaje. Se crea así ese nuevo mundo posible.
Pero para eso, se necesita justamente desenmarañar ese tejido de relatos que se anudan en identidades fijas, en binomios que encasillan la existencia.
¿Cuáles son esos casilleros que pretenden estandarizar un cuerpo y que son muy bien representados a través del ‘Juego de la Vida’? En los casilleros de este juego de mesa se va modificando (codificando) este cuerpo. Color rosa, pelo largo, vestido, al costado de papá, roles y expresiones genéricas fijas disciplinando ese cuerpo.
El juego aquí se presenta con un sentido múltiple, es primeramente ese espacio libre, lúdico dónde unx puede formarse desde la experiencia. Pero a medida que las etapas de la vida avanzan, incluso los espacios de juego se convierten lugares “(cabinas) de vigilancia de género”, en palabras de Beatriz Preciado, dónde las fronteras de género reducen el espacio.
Lo amplio, lo verde, los espacios dónde se pueda mover en libertad son legados a las identidades heteronormativas masculinas. La niña es reprendida por sus pares en una cancha de fútbol; el niño (o al menos la expresión de género que así lo representa) es burlado al andar por la calles con algo identificado como “femenino”: la bicicleta rosa, la adolescente permanece quieta en las aulas, quieta en el automóvil junto a su padre. Sujeta por eso discursos que lx llenan, lx comprimen, e incluso lx violentan.
Pero es también en ese interpelación con la mirada-otra dónde unx deviene sujetx. Y una palabra la que parecería “sujetar” a lx protagonista: MARIMACHO.
“Marimacho” es la palabra que la perturba en esa maraña discursiva que acuna y crece en su vientre. Es ese adjetivo que la pone en descubierto como extranjerx de las etiquetas Masculino-Femenino. ¿Dónde habitar entonces? Ni en el adentro, ni en el afuera. Del mismo modo que el corto no termina ciertamente con un final.
Es cuando logra tener a esta palabra entre sus manos (re-apropiarse) de ese término disciplinador, cuando revierte, vuelca la palabra para seguir adelante. Pero en ese acto también se constituye, son las características que diferencian ese cuerpo y que no termina de “encajar”, entonces se necesita la palabra-insulto, lo despectivo. Sin embargo en el devenir “marimacho”, donde las diferencias constituyen más que lo mimético, surge la posibilidad del cambio, de extender los vínculos humanos hacia otros horizontes posibles.
(A RECORDAR QUE LAS IMÁGENES Thinglink SON INTERACTIVAS CON MÁS INFO)
Cómo desentrañar esa palabra nueva, casi neologismo que en su sola enunciación parece cambiar lo que lo rodea. Empoderamiento. Palabra feminista. Palabra de Mujeres. De minorías. ¿O no? ¿O sí? Aquí retazos de discursos que vivencié, compartí, y aprehendí en el PRIMER ENCUENTRO DE MUJERES Y DIVERSIDAD SEXUAL en la ciudad de Presidencia Roque Sáenz Peña, provincia de Chaco, Argentina.
El primer contacto es a través de una de las organizadoras del encuentro y la palabra empoderamiento. “Empoderarse de lo que pasa, de lo que las rodea, que es también distinto acá que allá la situación de una lesbiana, bah de una mujer”, me dice, palabras más palabras menos. Estamos reunidas en la sala de mi casa pucho de por medio, me gusta lo que me cuenta, encuentros e intervenciones por el día de la visibilidad en Buenos Aires. Nombra a mujeres y a agrupaciones a las que conozco por haberlas leídos en alguna parte, por haber subrayado su nombre en algún artículo. Me entusiasmo. Pero a la vez, no termino de creer.
Sentirse incapaz de hacer, ‘el yo no puedo’ al que nos tiene acostumbradas un sistema al que mucho no le importa nuestra voz, qué tenemos para decir. Un modo de crecer y de educar que no nos permite el errar. Probar, hacer, errar, volver a empezar. Ese juego de la vida que no es correcto para una “niña/señorita bien”.
Radio Abierta. Día viernes 6
De eso trata cuando hablamos de empoderarnos: de esos procesos que fortalecen nuestras capacidades, confianzas, solidaridades, acciones comunitarias, protagonismos para generar cambios positivos. (Pensaba quizás en nombrar algún concepto bibliográfico sobre esta palabra, sin embargo pareciera más pertinente permitirme decirlo así como sale, producto de las conclusiones me dejó esta jornada).
“Hay que respetar los procesos, no forzarlos”, repiten dos activistas protagonistas del encuentro. Soledad Linale, integrante de la Secretaría Lésbica y Claudia Castrosin, activista de La Fulana.
No es pues, casual sino causal que la jornada del sábado 7 de junio haya iniciado hablando de violencia. Tampoco fue causal que el grupo diverso de concurrentes haya decidido romper con la disposición académica frecuente. El gran teatro del Complejo Cultural Centro Chaqueño dejó de lado el escritorio –siempre con agua mineral a los costados, pues son quiénes disertan quiénes hablarán más- y las butacas enfiladas; para formar una ronda placentera en el mismo escenario. ¿De simples escuchas a protagonistas todxs de este encuentro?
Un recorrido procesual desde las violencias simbólicas, psicológicas, homofobia, lesbofobia internalizada hasta los casos extremos de crímenes de odio y femicidios. Una construcción conjunta y descontracturante.
De visibilidad lésbica fue la segunda mesa de la mañana. Se habló de ese ser visible que se afecta en todos los sentidos, una visibilidad que es también “escuchabilidad,” “decibilidad”, “tactibilidad” y “gustabilidad”. Porque no sólo se trata de crear leyes y proteger derechos, se trata principalmente de vivir. De AMAR, “en definitiva de lo que estamos hablando en este tipo de encuentros es de amor, de nuestras relaciones y modos de amar”, sintetiza Claudia Castrosin durante el encuentro.
Tamaño tema. Me pregunto cuántas de nosotras nos habremos preguntado realmente al respecto.
Pero el encuentro tampoco estuvo ajeno a la agenda caliente que por estos días revoluciona (un tanto silenciado, otro tanto ignorado) a la Provincia del Chaco. Días de represión y protestas sindicales. Días en los que un Gobierno desmembrado y anti-dialoguista decide vetar en 24 horas la aplicación y adherencia a la ley de reproducción asistida del embarazo.
Semanas después la línea 137 del Programa de Violencia Doméstica retira su apoyo a la brigada de Resistencia por no contar con los recursos necesarios para su funcionamiento. “Estoy muy enojada y decepcionada porque mi Gobierno se olvida de ciertas cuestiones”, había adelantado Silvina Canteros, la referente encargada de esta línea en la Dirección Provincial de la Mujer durante la jornada.
En líneas generales, es ese poder estatal que aún piensa que hay problemáticas menores, de segunda categoría, quien parece haberse olvidado.
Sin embargo empieza a moverse en las calles otro tipo de ideas: cuatros días antes del veto pasan por Resistencia los ciclistas de la asociación Sin Relevos, que recorrieron el país juntando firmas por esta ley. Unidos por la diversidad, a su vez que apoya su pasada por la Ciudad, busca adherencia y realiza actividades por los días de la Visibilidad Lésbica y Contra la Homofobia. También, se realiza el encuentro de Mujeres y Diversidad Sexual.
Hace unos días leía la bio-genealogía de la colectiva feminista La Revuelta, y en uno de sus párrafos hablando de activismo, definía a éste como un trabajo para “estirar los límites de lo posible”. Estirar antes que ampliar, ya que hace visible –las palabras tienen sexo, como lo dice otro buen título bibliográfico- el esfuerzo, las resistencias, las luchas de poderes.
“Vivir el activismo en la calle, en la casa, cuando duermo, todo el tiempo”, describe Soledad Linale. Simplemente otra manare de explicarlo.
Un verdadero encuentro, con todas sus implicancias, la apertura hacia el intercambio de experiencias, catarsis activa constructiva y re-constructiva. Un rizoma de sororidad.
La organización de este primer encuentro –se hace imposible ahora pensar que no habrán otros- fue modo de estirar estos activismos colectivos, federalizarlos -en lo real y tangible de esa palabra- a otros territorios, del país, de las sociedades, de las experiencias.
Esa inquietud de lo no resuelto que impulsa hacia delante y nos permite re-pensarnos y construir-nos- No existen conclusiones para este primer encuentro. Sólo más preguntas. Dudas-acción. Qué se busca en un encuentro sino eso.
Dedicado a mi mamá Elena en el mes de su cumpleaños.
Causa de muerte: cáncer. Causa de vida: Amor
En este texto trataré de volcar esa conexión
casual y causal que hice al encontrarme con dos libros muy distantes espacial y
temporalmente, pero unidos por un referente “endemoniado e imprevisto”: El
Cáncer.
Hablo del ensayo de de Susan Sontag, La
enfermedad y sus metáforas publicado en 1978 por un lado. Y por el otro, quizás
como la cara “puesta en práctica” de la moneda, el libro Yo y el cáncer (el
burro por delante) de Sonia Valussi publicado en el 2014.
La primera escribiendo en el borde de la teoría
y la semiótica, quebrando los mitos del lenguaje desde una reflexión teórica crítica
y también desde la propia experiencia. Viviendo y publicando desde distintas
ciudades del Estados Unidos.
La segunda, poniendo el mismo cuerpo en cada
línea, cosiendo fragmentos de diálogos y búsqueda personal en su libro.
Experiencia hecha libro, de la enfermedad pero sobre todo, de la vida. Valussi
nació en Resistencia y publica desde su actual Barranqueras, Chaco; en
Argentina.
Ambas diagnosticadas de cáncer encontraron, o
quizás se vieron (sin saber cómo) movilizadas por una búsqueda a través de la
escritura.
La enfermedad, el tan temible e innombrado
cáncer, puesto frente a nuestros ojos lectores, expuesto pues sin vergüenzas.
Desnudo y extraño, a veces mutilado física y emocionalmente como el cuerpo que
lo alberga.
Presentación del libro de Valussi en Resistencia, Chaco. Parte de la muestra de fotos de fondo
Mientras Sontag pretende con su ensayo despojar
de esos mitos discursivos –en el sentido propuesto por Roland Barthes- con una
genealogía de la enfermedad y sus valoraciones sociales, culturales y estéticas
a través de sus metáforas; Sonia Valussi se desprende de toda voz académica y
teórica.
Valussi pone en práctica eso que Sontag
argumenta como modo de abandonar las violentas metáforas de guerra en la
medicina oncológica: “la que más me gustaría ver archivada es la metáfora
militar. Su inversa, el modelo médico del patrimonio público, es probablemente
más peligrosa, porque no sólo justifica persuasivamente el poder autoritario,
sino que sugiere implícitamente la necesidad de la represión y la violencia del
Estado (el equivalente de la extirpación quirúrgica o el control químico de
aquellas partes ofensivas o ‘malsanas’ del cuerpo político”.
Continúa describiendo Sontag: “El efecto de la
imaginería militar en la manera de pensar enfermedades y la salud lejos está de
ser inocuo. Moviliza y describe mucho más de la cuenta, y contribuye
activamente a excomulgar y estigmatizar a los enfermos”[1].
Valussi, sí, (por supuesto) utiliza en su
relato, esta especie de camino-búsqueda hacia su propio Yo Interior, las
metáforas de guerra, y no se impide describir el inicio conocido de su
enfermedad como un “enfrentamiento”, su “soledad de gladiador” y que “la
enfermedad jamás vence”[2]. Siente el estigma, aprende a sonreír de las
miradas aterrorizadas de los demás ante su cabeza rapada pero, por sobre todo,
se moviliza.
En el transcurso de esas 104 páginas,
evoluciona, reflexiona, investiga y, más que nada, siente.
El cáncer, enfermedad de moda que pronto caerá
en desuso (Sontag) como metáfora del Mal Sin Retorno; esa parte que nos
acompaña pero que no nos define como personas (Valussi), ambas escritoras en
una distancia lejana de espacio-tiempo tejen un relato distinto entre los
bordes, y varios puntos se entrecruzan, en esa telaraña que es la vida y el
texto. El cáncer pasa a ser tan sólo lo que es: una enfermedad.
Valussi acompañada de su amiga, la fotógrafa Dantesano y la profesora Andrea Schaffer en Presidencia Roque Sáenz Peña, Chaco
Ya no maldición, carta de defunción, muerte en
vida, castigo, consecuencia de. No más víctimas, padecientes de ese enemigo
interno que usurpa su cuerpo, pues dice Sontag: “las víctimas sugieren
inocencia. Y la inocencia, por la inexorable lógica subyacente a todo término
que expresa una relación, sugiere culpa” (Pag. 113). Y agrega Valussi en su
criollo chaqueño: “culpar o culparnos solo interfiere en nuestra curación”.
No completamente por casualidad di a parar con
estos dos títulos en tan sólo un mes. Desmitificar, según la ensayista
estadounidense; desdramatizar para la ama de casa inquieta de Barranqueras.
Ambas cosas también eran necesarias en mi camino.
Nota anécdota: un cierre perfecto hace Sonia de
su libro transcribiendo un diálogo cuasi filosófico con una amiga... una amiga
que casualmente se llama “Elena”. (Recordatorio de que no importa de cómo lo
digamos, lo que digamos nos atraviesa de pies a cabeza, en todos los planos que
puedas contar).
Una mirada que no nos “enfrenta a la
enfermedad”, nos pone frente a una mirada distinta sobre nosotros mismos y la
muerte, no un diagnóstico acabado, sino un transcurrir indefinido dónde una
parada puede ser la muerte, dónde no se juzga nuestra parálisis provocada por el
miedo a lo desconocido, a lo que desaparece de la vida conocida; aunque también
nos muestra que ese final que parece terminar en un abismo, en la nada
existencial, es sólo eso, una más de las paradas posibles.
Sonia Marcela Valussi, continúa viajando junto
a su libro por la región NEA, junto a una muestra fotográfica relacionada a
cargo de la fotógrafa Cristina Dantesano (que merecería toda una mención
aparte). Persona agradable, radiante de luz y de sonrisa cómplice, brillante
persona grata de escuchar, empática y honesta; como ella dice que no pretende y
le fastidia pensar que puede dar cátedra, solo busca hacer aquello que la llene
espiritualmente (en el sentido amplio del término). Aplausos para ella. Para
más información sólo tiene que buscarla en la red social Facebook o sino, pues
ella los encontrará.
[1]SONTAG, Susan. La enfermedad y sus
metáforas. El sida y sus metáforas. Debolsillo. Argentina, 2012. Pag. 205.
De aquí en más las citas utilizadas de esta autora provendrán del mismo título
[2]VALUSSI, Sonia. Yo y el cáncer (el burro por
delante). Sofia Ediciones. Buenos
Aires, 2014. De aquí en más las citas utilizadas de esta autora provendrán del
mismo título
A medida que nos adentremos en esta entrevista, o
mejor dicho ya en los primeros párrafos, veremos la multiplicidad de este dúo,
de lo multifacético de su arte. Acróbatas del lenguaje, saltan de una
expresión, más que “conquistándolo”, pernotando en él por una noche o dos.
Sin embargo, en lo que yo me quedé pensando al leer
sus respuestas en esta interacción virtual, es en la cuestión de la identidad. De cómo nos identificamos al hacer algún tipo de expresión artística, cómo nos presentamos.
Parece muy profundo pero no sé si lo es;
simplemente me puse a pensar en la dificultad que tenemos algunos artistas (y
ya me empiezo a sentir mal de incluirme) de denominarnos como tales. No nos
sentimos “merecedores” de dichos rótulos, pareciera que nos queda muy grande
esa camiseta.
Pero tanto Iti, como Maruja parecen darle una
vuelta de tuerca a esto, pues ellos no buscan ponerse ninguna camiseta –ni qué
hablar de rótulos-. Sino que transitan los caminos del arte como el amigo que visita casas amigas un fin de semana.
¿Habrá alguna conexión entre ambas posturas?
Maruja es actriz y directora, escribe para teatro,
para los más faranduleros quizás la recuerden de las series para televisión Un
año para recordar y Tiempos Compulsivos. Para lxs amantes del mar virtual, la
recordarán por su personaje “Pato” de la serie para la web Plan V. Se define
como una workaholic y sin embargo ve la música junto a Iti como “unas mini
vacaciones”.
“Hago todas las cosas que me gustan hacer. Suelo
moverme en el circuito independiente y hacer mis cosas con apoyo de otros
artistas”, cuenta pero aclara: “Decir 'yo soy' es a veces un poco difícil
porque en general una ve algo de una que los demás no. En general al hacer
cosas diferentes en circuitos diferentes se crean diversas miradas sobre mi”.
“Yo tampoco gusto de encasillarme”, agrega Iti, “de
hecho, esta entrevista es sobre nuestra faceta musical y no creo que ninguno
de los dos pueda decir ‘somos músicos’ ".
Su definición es igual de libre al responder: “Hago
lo que me divierte y nutre, en general, es alguna forma de arte, componer
canciones, actuar, dirigir videoclips o lo que sea que me pegue en el momento.
Suena medio caprichoso pero es la manera mas orgánica que tengo de vivir y no
morir de aburrimiento”.
EL DISCO: “Falsas Alarmas”
Este
disco fue lanzado oficialmente el 14 de febrero del 2014 y se podría decir que
en esta fecha sólo tomó una forma semi-material, pues las “zapadas” en vivo, la
juntada creativa entre estos dos amigos empezó mucho antes.
Maruja relata que no fue su
intención “iniciar un proyecto". “Yo necesitaba que alguien me haga la música para un
monólogo que escribí para la Feria del Libro, entonces Iti me ayudo y nació
Poemas Perfectos, nuestro primer tema”, ese podría ser el comienzo.
Desde
entonces siguieron componiendo y dijeron que cuando tuvieran 10 temas serían
una banda y le pondrían un nombre. “Eso sucedió y el 13 de octubre de 2011 le
pusimos Te Amo. Antes de eso nos pasaron cosas que nos alentaron como la invitación
de parte de Mariano Blatt a participar del Festival Emergente que se hace en el
CCRecoleta todos los años”, cuenta Maruja.
-Iti: lo curioso es que
nuestro disco igual no tiene 10 temas. Somos medio tarados ♥
-Maruja: pero tenemos
como 15 temas en total jkajajajaja”
(RISAS)
(Me gustaría
poner esa acotación propia de las entrevistas serias onda Clarín un domingo,
pero la verdad me río sola, pues esta entrevista fue virtual. De igual manera
me regocijo pensando que Maruja e Iti, a destiempo, también se rieron)
La
descripción del disco que hace Maruja, también podríamos reciclarla para cuando
nos hacen esa pregunta caprichosa sobre qué es el Amor: “el disco es mimoso y
resentido, amoroso y rencoroso, es simple y barroco”.
“Nos
gusta el contraste. Una letra cargada de palabras e interpretación, por ejemplo,
pero que habla de algo muy sensible”.
Ella
aclara que Falsas Alarmas representa “una hermosa novedad, nunca pensé que iba
a grabar un disco, ojalá me leyera en este momento la Maruja de 14 años que
soñaba con cantar en una banda punk”.
Iti: -Lo que a mi me parece lindo de nuestra linda
banda es la honestidad con la que hacemos las cosas. Cuando tocamos mal pedimos
perdón y si tocamos bien lo decimos también. Eso se ve mucho en las letras de Maruja
que a mi me parecen maravillosas por que justamente, son ella, cero
representativas. El arte plástico ya fue, no moviliza a nadie.
Y
aunque fuese una pregunta obvia, justamente por eso, fundamental: ¿Por qué
elegir el 14 de febrero como fecha de lanzamiento?
Maruja:
-Elegimos el 14 de febrero casi irónicamente, pero a la vez tenia todo que ver
y era verano entonces podía ser en un patio con amigos y tener poca ropa y esas
cosas lindas. Nos pusimos Te Amo no me acuerdo bien como llegamos, pero
llegamos a eso porque tenia que ser algo lindo. Una frase que a todos les guste
escuchar. Y es lindo cuando alguien te dice Te Amo, me refiero al amor en su
sentido mas amplio.
-¿Cómo
ven el papel que tienen los espacios virtuales en la circulación de su arte?
M: -En mi caso es un espacio muy utilizado, me da libertad, alcance,
posibilidades de llegar a personas o lugares que por otros medios sería mas
dificultoso. Creo también que me siento cómoda en estos espacios ya que nadie
me dice demasiado lo que tengo que hacer, sino que hago las cosas como me
gustan o me dan ganas.
I: -Son claves, no tenemos nadie que nos dé plata y nos ponga en medios masivos
tipo “ESCUCHEN ESTA BANDA”, así que sólo nos valemos del contacto de la gente a
través de la Internet. Lo que tiene de malo es que hay tanta gente gritando
para conseguir que le presten atención que es difícil que te la presten a vos.
Tiene que ser de alguna forma poderoso o distinto lo que ofreces para que la
gente te dé 3 segundos de atención, si no los aprovechas, fuiste.
MORANDO EN LOS BORDES
Antes de cerrar este espacio “en línea” que abrimos entre los tres,
no quise dejar de preguntar sobre esta multiplicidad de lenguajes y expresiones
que habitan tanto en el disco como en todo lo que hacen. Lo multifacético, lo
dinámico, el arte sin etiquetas que recién empieza a gatear por esta región NEA
del país, es algo que ellos dos conocen muy bien.
M: -Desde que me fui a vivir
sola a los 19 años me quedó algo claro: no me gustan para nada las etiquetas,
los motes, los casilleros, creo en el deseo, en la fe, en la expresión, en la
arbitrariedad y también en que se hace camino al andar. Me encantan las cosas
que tienen cierta excelencia también, aquello probado y comprobado y lo
disfruto pero más disfruto del borde, el desorden, la falla, la fuga. Porque
ese embrollo es lo que constituye una identidad legítima y genuina, más
inseguro, con más riesgo, con mucho peligro de crítica pero más autentico de algún
modo. No quiere decir que me guste mandar cualquiera, me gusta aprender y eso
intento a cada paso. ¿Para qué cerrar la mirada? ¿Por que vivir en una rueda de
repeticiones?
I: -Yo no creo que
exista artista que tenga sensibilidad para una sola rama del arte, creo
que quizás la mayoría de los que no incursionan en otras zonas de creación
tienen miedo de salirse de lo seguro. Y lo seguro es un embole. La gente teme
mucho al error y a fallar y no hay que poner el “arte” o lo que sea que hagas
en semejante pedestal. Nadie se muere si actúo en una obra para divertirme y no
para hacer algo SUBLIME y no se que cosa. A alguien le va a llegar lo que haces
si lo haces con corazón por más que no sea académicamente correcto. Suena medio
Cris Morena pero Cris Morena es la posta.
Hace un par de meses vengo
armando una nota que recuente los casos mediatizados de FEMICIDIOS en las
provincias de Chaco y Corrientes, recaudando archivos virtuales.
El primer dato casi
cuantitativo que distinguí es que los diarios chaqueños hacían un mayor uso de
la palabra ‘femicidio”, mientras que en Corrientes aún se utilizaban eufemismos
encubridores como “pelea de pareja”, “crimen pasional”, “marido mata a su
mujer porque…”, entre otros.
Analizando estos puntos,
sentí necesario hacer un stop para tratar un tema más reciente condensado en
tres “noticias mediáticas”: La denuncia de secuestro de una joven chaqueña en
el centro de Corrientes, la muerte de una joven penitenciaria en horas de
trabajo y la muestra pública de fotos “privadas” de otro grupo de
penitenciarias en la provincia de Chaco.
¿Qué arrojan estas tres
noticias sobre el concepto Mujer en el mundo posible mediático-virtual? Víctima
– Vulnerabilidad – Juicio/Moral – Público/Privado.
El juego de estas palabras
es lo que se esconderá como metamensaje en cada noticia y se hará aún más
visible en la cadena de significantes que multiplicaran lxs lectorxs en sus
comentarios a través de las redes sociales y portales de noticias.
La cronología de la noticia
sobre la joven que denunció un intento de secuestro comienza con titulares
envolventes de alarma y precaución. Si bien hay que rescatar que en la mayoría
de los medios se respetó el uso de potenciales hasta confirmar los hechos en
titulares, la crónica en el cuerpo de la noticia reforzaba el relato de alarma
y miedo, con el uso de adjetivos como “escapó milagrosamente”, “brutal
secuestro”, “no corrió con la misma suerte” , “aberrante suceso”. Adjetivaciones
que bajo la reprimenda moral del hecho esconden también la idea de
debilidad y azar que rodea la vida de una mujer joven en la vía pública.
De este modo, se nos
advierte como mujeres de los peligros de circular solas, de la desprotección generalizada
que no termina tampoco al recurrir a las autoridades oficiales (para este
ejemplo ver el ENLACE ANEXO del diario Norte sobre declaraciones del
padre de la joven). Un cierto disciplinamiento de los cuerpos a través del
mismo discurso.
Y como esta nota también
trata de la función de la y el comunicadora/or en este tipo de noticias, pondré
como ejemplo sólo dos comentarios de comunicadores sociales sobre el hecho una
vez desmentido oficialmente el secuestro:
Comentarios en redes sociales
“Culpa de putitas como esta, la policía
no toma enserio muchas denuncias, de chicas que sí, se encuentran desaparecidas
o intento de secuestros” ,
estudiante de la carrera de periodismo y joven periodista.
“ESTABA POR LA CALLE SAN LORENZO
....CAPAZ FUE A TIA DORIS Y LE DIERON.....MASITA”, haciendo alusión al video difundido dónde se ve
a la joven salir de un motel ubicado por esa calle. Reconocido comunicador y
relacionista público correntino.
¿Qué nos dice estos
comentarios más que implícita ya explícitamente? En el primero, más grave aún
que las adjetivaciones despectivas y conocidas en torno a la joven, lo
interesante es cómo una noticia en particular sirve para encubrir
(¿justificar?) el desconocimiento, la desigualdad y desinterés que caracteriza
al tratamiento policial en dicha problemática.
Cabe resaltar que la
falsedad o no del hecho denunciado no debe influir en el buen procedimiento
policíaco, que debe tomar de modo correcto la denuncia y seguir los protocolos
judiciales en forma inmediata.
Hay una sobre-estimación moral de la
mentira. El hecho de haber mentido
la transforma en persona juzgada y juzgable, en una delincuente de esa verdad
reservada a los vigilantes de la Moral y las Buenas Costumbres para la Mujer
(que generalmente aparece en las redacciones como una tercera persona
omnisciente).
No hay cabida en este debate devenido en juicio y apedreamiento en la plaza pública, que
muchas veces las mujeres (sobre todo las más jóvenes) mienten sobre su vida sexual, porque su vida sexual sigue siendo una
cuestión social y de Estado (y por lo tanto juzgable).
Más
allá de que todo este texto sea un análisis subjetivo de quien escribe, me tomo un
espacio para asentar una opinión personal: no me cabe duda que una noticia
“desmentida” como ésta es muy conveniente para que el Gobierno y la Policía
provincial pueda soslayar su absoluta incompetencia y desinterés por el tema de
la trata de personas en Corrientes (Para ampliación del tema ver ENLACES ANEXOS
RECOMENDADOS). O acaso las autoridades competentes se han tomado el tiempo de armar una conferencia de prensa para explicar los múltiples allanamientos a prostíbulos y desbaratamiento de redes de trata en el interior de Corrientes.
El
segundo comentario tan sólo refuerza la desestimación de los temas macro que
rodean al hecho particular a través del chiste y la burla. Pero aquí entran en
juego la superficialidad y los puentes forzados que se entrelazan
discursivamente entre temas bien distintos: la vida sexual de una joven /
estimación general de su persona / una presunta denuncia de secuestro en una
provincia reconocida como lugar de tránsito y captación de Trata de Personas (ver ENLACE RECOMENDADO de edicionea.com).
Y
esto abre el segundo debate sobre las dos noticias restantes. Cómo llegaron los
medios de difusión a establecer una conexión entre el asesinato de una mujer
penitenciaria en manos de un recluso y unas fotos cuasi nudistas que
trascendieron (¿casualmente?) unos días después de otro grupo de penitenciarias
también del Chaco.
Esta
conexión queda vivamente ejemplificada en este párrafo de una nota del diario
Clarín titulada ‘Escándalo por fotos hot de penitenciarias’: “Lo curioso es que
las fotos salieron a la luz a pocos días de que César de la Concepción, un
recluso acusado de homicidio, asesinó a la penitenciaria Yamile Gómez y luego
apareciera muerto en su celda, en lo que se informó como un supuesto suicidio”.
De
este modo, queda asentado la jerarquización periodística y el tan nombrado factor de
noticiabilidad en nuestra profesión: en un primer plano el “desacato e irresponsabilidad” de estas penitenciarias” y sólo por comparación se pierde, en un segundo plano, el crimen de una trabajadora que ronda la carátula de un
femicidio social y estatal.
Nota
aparte merecerían dos cuestiones referidas a la fotografía: el uso
indiscriminado de la imagen de la joven que denunció el secuestro –tanto el
video del motel como fotos personales- y el juicio de valor abierto sobre ciertas partes (erotizantes) del cuerpo de las mujeres puestas al
descubierto. Qué sesgo de cierta moral mojigata y censuradora se ve
“escandalizada” por la exposición de estas “mujeres comunes”, mientras consume
sin cuestionamientos el estereotipo mediático del cuerpo femenino desnudo
hiperexpuesto de modo comercial.
SOBRE PERIODISMO,
RESPONSABILIDAD Y COMPAÑERISMO
Cuando ingresamos a la Facultad de Periodismo lo primero que la educación bancaria nos enseña más con
gestos y sugerencias que con teoría es que al salir al campo laboral de los
medios de comunicación seremos lacayos de los grandes empresarios perversos y
sedientos de poder y dinero. La autocensura, la mecanización de la escritura y
la frustración serán moneda corriente siempre y cuando queramos cobrar algún
salario fijo por nuestro trabajo.
¡Buenas noticias señoras y
señoros! Todo eso es verdad. Sin embargo, lo que no hay que perder de vista es
que, como dice la canción, "no todo es blanco o negro, es gris, todo depende del matiz".
En esta hermosa escala de
grises y de colores que es nuestra profesión, existen otros modos de paliar
exigencias del jefe/a de sección, línea editorial del medio, dueño de la
empresa con ideas arcaicas y amarillistas, ambiente laboral hostil, escasez de
recursos, escasez de tiempo, explotación laboral, cansancio, entre tantos otros
factores sociales, individuales e incluso emocionales (a recordar que como
periodistas también estamos creando, quehacer no menor y desgastante).
Algún intersticio, un punto
de fuga sin que ese ojo juzgador de la redacción mediática se dé cuenta. Después
de todo, quien empuña la pluma siempre vamos a ser nosotrxs. Con un simple cambio, se
hace la diferencia.
Un título que no demarque
juicio de valor negativo hacia la persona que hasta ese momento es
protagonista/víctima de un hecho violento, el uso de potenciales, hacer un
recuento de casos anteriores o de lo que se dijo hasta el momento, diversificar
las fuentes (así estas sean de archivo virtual, es lo que tenemos más a manos
cuando el tiempo nos gana), agregar un párrafo más dónde sí pueda subjetivarse
casos tan serios, que haga un anclaje sobre el problema macro.
Un ejemplo claro sería en
la desaparición o presunto secuestro de una adolescente. Por más que estemos
obligados a copiar y pegar la siempre mal redactada gacetilla policial, y no
tengamos más datos que esos; una posible sugerencia sería agregar un breve
párrafo con algún comentario sobre el secuestro de personas, y su condición en
la región, o de teléfonos e información útiles para sospechas de esos casos.
Otro vicio, a veces más
crítico y productivo, pero que también generan rivalidades y odios absurdos,
son los REPUDIOS y LAMENTOS hacia la redacción de otros colegas. Más
interesante sería aclarar que no todas las formas de presentar las noticias son
como esas, marcar lo positivo, colaborar en red, si bien no entre dueños de
medios, si entre compañerxs profesionales. Quizás sugerir, corregir en tono
amigable. Hay que recordar que en todo discurso no sólo comunica lo que se
dice, sino cómo se lo dice. Y eso todo/a comunicador/a lo sabe.
UNA ENTREVISTA CON LA BANDA DE FUSIÓN ORIUNDA DE QUITILIPI, CHACO. EL ROCK Y EL FOLCLORE SE VUELVEN A REUNIR EN UNA PROPUESTA DE CALIDAD.
Los espacios surgen y renacen en distintos puntos de la Región, y es
bien sabido que la ruta del rock siempre es un tanto caótica. EL rock por el espíritu
mismo de su nacimiento es capaz de aceptar la fusión y los cambios muchos más rápido
que otros géneros y comprende no sólo la obsolescencia de buscar géneros puros,
sino la necesidad de plantearse algo nuevo.
En notas anteriores vimos algunos exponentes
de la fusión no tanto musical, sino en el trabajo comunitario y colectivo de
bandas, también viajamos a Resistencia para conocer ese mensaje oculto en la raíces
del folclore y expresado con el grito melódico del metal, con Alter Ego.
En este caso, volvemos al Chaco y nos
quedamos en Quitilipi para presentar a Bohemya. Una banda que inició su propia
búsqueda de fusión musical hace dos años. Según sus propios integrantes
cuentan, la banda surge de un grupo de amigos músicos “que busca hacer una
música diferente partiendo del folklore tradicional argentino y sumándole la
potencia del rock, heavy metal, bossa nova, y jazz en sus distintas vertientes”.
Bohemya está compuesta por seis
integrantes varones: Cristian Barreto en primera voz; William Soto como primera
guitarra y en segunda voz; Elias Ibarra, segunda guitarra; Ernesto Rodríguez en
charango, teclados y voz, su bajista es Lucas Aponte y finalmente Mariano
Alvarenga en batería.
La banda tiene grabado un demo con 5 canciones entre los que se encuentran ya
algunos títulos clásicos de fusión como El Cosechero, Indio Toba y Te voy a
contar un sueño. Completan la lista Humahuaqueña y Somos Nosotros. Además del
homenaje a los originarios a través de su versión de Indio Toda, el 2013 le dio
la oportunidad de grabar un tema propio, llamado Flor de Cardón como tributo a
los caídos en la Masacre de Napalpí. Esta grabación forma parte de un disco
colectivo del proyecto provincial “Jóvenes en Banda” donde participaron más de
20 grupos.
Para la bloggera, una de las preguntas
obligatorias para bandas fusión es saber cuáles son los posibles espacios de
circulación de su música. En esta caso, Bohemya presenta un listado histriónico
que demuestra la capacidad de su música (y también de sus integrantes) de
adaptarse a espacios establecidos, y como quien dice, hacer escuela desde
adentro.
De esta manera, han tocado en lugares de
cortes folclóricos como la reconocida Peña del Negro José en Resistencia y
otras peñas similares, como en bares de tinte rockero como El Manosanta y Lo de
Juárez de Presidencia Roque Sáenz Peña.
Una banda en constante movimiento, deja
sus huellas en sus logros, y por eso esta banda logró un reconocimiento mediático
con entrevistas en distintos medios regionales. Pero también compartiendo
escenario con bandas nacionales, siendo teloneros en Chaco y Corrientes de
bandas como Kapanga, Bersuit Vergarabat, La Mancha de Rolando, Científicos del
Palo, Infierno 18 y Abel Pintos.
Sin embargo,
otros espacios son lo que definen la búsqueda originaria de la banda, por
ejemplo haber participado del Festival de la Pachamama realizado en la capital
chaqueña. O del Festival Nacional de Artesanías donde compartió escenario con
el coro toba Chelaaalapi, Lucas Segovia, y con la cantante mapuche Beatriz
Pichimalén que recorre el mundo cantando en idioma mapudungun.
“Los espacios de
circulación y difusión son pocos y la mayoría no tienen respaldo de nadie y por
ese motivo a veces cuesta organizar un evento cultural”, explican sus
integrantes, hablando del fenómeno de las bandas locales en general.
De igual modo,
destacan “la desigual lucha entre las grandes productoras y los emprendimientos
independientes, y en el arraigo de la música mal denominada ‘popular’, producto
del bombardeo mediático de los productos musicales de tinte un tanto mas
comercial”.
Por este motivo,
piensan que es necesaria “la participación activa del estado en todos los
ámbitos de la cultura para una mayor integración de los actores culturales
locales, y para aumentar el grado de pertenencia artística y cultural en todos
los ámbitos”.
Y toman como
ejemplo su experiencia en el proyecto provincial “Jóvenes en Banda” que en el
2012 les permitió grabar en un tema propio en un estudio profesional junto a
otras bandas. “Viajábamos todos los sábados muy temprano a la localidad de
Villa Ángela que queda unos 120 Km de Quitilipi, para asistir a talleres
musicales, charlas de sonido y escritura musical”, cuentan.
TRANSMUTAR,
TRANSFORMAR: FUSIONAR LOS GÉNEROS, FUSIONAR MENSAJES
Pero en voz de
sus propios integrantes, ¿cómo se definiría el estilo de Bohemya? Ya no hay
dudas de que lo primero que rescatan es la palabra Fusión, “manteniendo la
esencia del folklore pero sumándole la potencia del rock, buscando rescatar los
mejor de nuestra música nacional”, explican.
Como unidos por
esas raíces ancestrales del árbol del gran Chacú, Bohemya, como Alter Ego en su
momento, fundamentan la elección de su nombre como el reflejo de su “manera de
hacer música, una música diferente que busca su propio estilo”. Abrir lugares,
desentrañar las raíces, para hacer, revalorizar. Más o menos, de eso se trata. “El
mensaje de nuestro arte habla de historias importantes de nuestra Provincia
casi olvidadas”, destacan.
Y en este
sentido, con una visión clara de hacia dónde va su mensaje, resaltan hechos “como
la Masacre de Napalpí que fue una sangrienta matanza de indígenas en el año
1924 en un pequeño pueblo llamado Napalpí. Mas de 200 originarios fueron fusilados por reclamar su salario
y sin respetar sexo ni edad la policía del Chaco llevo a cabo una
violenta masacre contra las etnias tobas y wichíes, el acto fue llevado a cabo
por la orden del gobernador de la provincia que en ese tiempo se llamaba
Territorio Nacional”.
“La tala de árboles
es otro tema que incluimos en nuestra música”, continúan. “La Forestal fue una
compañía de tala de árboles venida de Europa al Chaco en 1919 la Provincia le
dio una concesión de mas de un millón de hectáreas y en el transcurso de tres
años los europeos se llevaron más de dos millones de quebrachos de nuestro
Chaco y parte de Santa Fe a Londres”.
Resumiendo,
comentan que sus “canciones también tratan de los sufrimientos y alegrías de
los pueblos, del trabajador, de la reivindicación de los pueblos originarios,
de las injusticias del hombre contra la naturaleza y los animales, de las
leyendas e historias de nuestra región”. Historia antigua, moderna, reciente,
ese mismo hilo conductor que justamente, más que separar y clasificar, intente
unir, formando cierta conciencia colectiva a través del arte, de la música.
“Debido a que
nuestra propuesta musical es un poco desestructurada, al principio tuvimos
dificultades para expandirnos”, agregan, en otro de los grandes obstáculos con
los que se enfrentan este tipos de bandas.
“El estilo de la
banda camina por la cornisa en la cual el público lo asimila muy bien o
directamente lo rechaza. En general los dueños de bares o locales en los cuáles
se presentan bandas, optan por opciones más definidas o tradicionales, y no
quieren correr riesgos con propuestas con identidad y originalidad”, expresan,
casi denunciando al mismo nivel que ya destacamos en entrevistas anteriores, problemática que también ya han destacado Alter Ego y Arraigo.
“Muchas veces el
público tarda en asimilar las propuestas que buscan salir de lo convencional”,
y en eso es dónde se prenden a esta nueva corriente de conquista, educación y
lucha que se da, a nivel mundial, a través de cultura, no sólo para propiciar
la integración sino para que lo local gané su lugar y su valor en una visión
global.
Aunque también,
destacan un aspecto positivo, ya que “después de grabar nuestro demo, la
difusión aumento y muchos medios de comunicación nos abrieron sus puertas”.
Consultados
sobre cuáles son sus exponentes artísticos-musicales y qué bandas recomendarían
escuchar; la banda nos lleva también por los referentes importantes tanto clásicos
como actuales de exploración y fusión, aquí su diversa lista: “Chango” Farías
Gómez, Raly Barrionuevo, Mercedes Sosa, Bruno Arias, Calle 13, Carajo, Coro
Chelaalapi, Luis Alberto Spinetta, Divididos, Almafuerte, Lamb Of God.
Tampoco dejaron
de recomendar a bandas como: Alter ego, Científicos del Palo, y nuevamente, el Chango Farías
Gómez.
¿Cómo sigue el
camino de Bohemya en este 2014? “Hay varios proyectos para este año, por
supuesto continuar creciendo en lo musical y en lo humano seguir trabajando en
lo que será nuestro primer disco con temas propios, para lo cual nos dedicamos
a leer e investigar sobre temas sociohistóricos de nuestra tierra, realizar
nuestras propias producciones gráficas y seguir visitando lugares para tocar y
hacer conocer nuestra propuesta”, responden.
Concretos,
comprometidos, buena música para seguir explorando.