lunes, 17 de diciembre de 2012

Sobre mujeres, poder, imágenes y un encuentro


Esa eterna batalla por el poder ¿han cambiado los roles,
las reglas de juego, la desigualdad?
"Mi cuerpo es mío" dice, ya no una activista comprometida, sino un cartelito para compartir en Facebook, y tanto como una de las leyendas de la intendencia de la Ciudad de Corrientes que dicta “una Ciudad más limpia es la que menos se ensucia”, simplemente es tautológica y políticamente correcta.

Ahora, qué es lo que se propone para que se ensucie menos la Ciudad, y paralelamente, y volviendo al tema, qué hacemos con este cuerpo que nos pertenece (por fin).

Este tema fue carne de cañón en el Encuentro de Mujeres en Posadas. ¿Por sus tantos ejes? No. Eso es lo de menos. Pero, es acaso políticamente correcto que una mujer fuera de los canones estéticos corporales muestre su desnudez y su enojo en un lugar público. Públicas sí, pero correctas, siempre correctas y "bien educadas". Y estas mujeres que enfrentaron a choque con el cordón de fanáticos a las puertas de la Catedral misionera al final del encuentro, no lo fueron. Castigo, la Corte de Salem ha vuelto una vez más.


Una de las fotos más difundidas. "Ataque feminista", titulaban los diarios posadeños. La interpretación desprendida de la realidad. ¿Sangre o pintura roja?

Puro referente absorbido por el discurso dominante de siempre, qué si era pintura y no sangre, qué si eran cánticos y no insultos, qué si era un grupo radical y no todas las participantes, lo que importa son los ojos que lo ven. Y la cadena de repudio hacia los "hechos violentos" también se dio por Facebook.

La apropiación del espacio público. Las paredes dicen
lo que las voces callan.
Hace poco, en un encuentro de comunicadores también en Posadas, una investigadora presentaba su trabajo sobre las representaciones positivas del grafitti como modo expresión urbano. La misma investigadora se sorprendía ante la pulcritud de los muros posadeños. "¿Dónde están los grafittis y las pintadas, las expresiones de las nuevas generaciones?, se preguntaba. Nadie supo contestar.
Pues esta vez, sólo unos meses después, las paredes dijeron lo que la voz antes no podía. Pero como si eso no fuese suficiente insulto, las voces tampoco callaron, si dieron miedo estas voces burlonas, si en los rostros de esas personas rezando el Padre Nuestro había temor, ¿Qué fue lo que cambio? El mismo ciclo de violencia social, la bronca, la intolerancia, todo eso que a nosotras también nos enseñaron. Lucha de poderes, y ahora sí lucha y no desigualdad de poderes, es inaceptable, hasta la misma maldad nos está prohibida, dice Wedon.

Respondieron a la misma lógica de división y violencia del sistema patriarcal, pero pusieron el cuerpo, su cuerpo allí, inmortalizadas en las fotos, fue suyo. Las tautológicas facebookianas, brillaron por su ausencia.

Creo que la voz que circundaba era activa y también activista, lo que Toni Negri llamó "la potencia de la multitud", una potencia de muchos y no de mucho, como afirmó Sartre "para que la realidad se descubra, es menester que un hombre (o UNA MUJER) luche contra ella". 

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